El Punto muerto no es suficiente

Estábamos acostumbrados desde hace ya años a que conociendo el Punto muerto de un negocio sabíamos mucho de él, y que al conseguir alcanzar dicho punto habíamos llegado a una meta significativa, pero ésto ya no es así. En mercados competitivos como los que vivimos donde la competencia es voráz y los márgenes son estrechos, no basta con conocer nuestro punto muerto para realizar las estimaciones de viabilidad de nuestro negocio; debémos saber mucho más. Nuestra empresa debe funcionar como un motor de competición y para ello es imprescindible conocer la productividad óptima en cada momento que nos permita un uso racional de nuestros recursos optimizando los costes de producción. Una vez determinado el Punto Muerto debemos volver a recalcular la productividad de todos nuestros recursos para comprobar si hay alguno de ellos que esté siendo infrautilizado. Nuestro objetivo debe ser intentar producir en todo momento de forma óptima, evitando la relajación exagerada de factores de producción que es lo que hoy en día provoca las pérdidas en las empresas. En un entorno con márgenes bajos el Punto muerto no es suficiente ya que se consigue demasiado tarde y esto provoca una bajada de la rentabilidad que hace que nuestro negocio pierda interés para los inversores.

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